XI.
Sólo el conocedor de lo sagrado reconoce el valor
del silencio.
El silencio es lo que permite oir el sonido interno.
Den importancia al silencio.
Estén cada día aunque más no sea unos minutos en
silencio. Esto les permitirá escuchar con atención el diario camino interno.
Prueben cada día sentarse serenamente durante unos
minutos sólo escuchando a su cuerpo, a su voz interna, sin ninguna interferencia
externa: SOLO EL SILENCIO.
Sólo la bella demostración del todo.
Sanador es el profundo silencio. Lo llevan dentro de
su corazón.
Sano es todo oir. Pero oir el silencio transforma.
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