"El verdadero devoto detiene su andar, manos deja quietas, se mantiene emocionado y modifica su vida.
Todo ser tiene luz. Sólo hace falta que el movimiento detenga para poder ser capaz de verla.
El corazón se mantiene vivo, gozo se siente, soledad llena la paz de nuestra mente dedicando un momento al silencio.
Recibir al Padre en nuestros corazones, lo conocido transforma.
Se manifiesta la sagrada vida cuando dejamos ser a Padre en nosotros.
Rio de maravillosa luz da lo valioso.
Todo debe modificarse si se desea más unión con la llama divina.
Racimos de uva sagrada dan Su Vino a quienes se unen a Su Camino.
¡Qué esto de macerado amor sea!"
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